martes, febrero 28, 2006

Repercusiones

Gracias al cielo no estamos solos en el mundo.
Algunos más, otros menos, pero todos importamos a alguien.
Para transitar nuestro camino, a veces parece que sólo precisamos de nuestros pies, que el recorrido que seguimos sólo nos compete a nosotros. Pero nuestra huella deja marcas en ese camino que también transitan otras pisadas. Considero que muchas veces nuestro cerebro nos dice querer soledad, pero muchas de esas veces necesitamos en realidad una mano que nos ayude a levantarnos, un abrazo o un pañuelo extendido, o simplemente una sombra que acompañe silenciosa pero que esté presta a entablar conversación cuando llegue el momento.
Ese que aceptó acompañar el camino de charlas animadas o persiguiendo en la penumbra cual ángel de la guarda, es una estrella en el suelo de cada quien. No opaquemos su brillo con el desgaste cotidiano de ser seguramente quien su vida roza más con la nuestra.
Demos el valor cada día a aquellos con quienes “hacemos camino al andar”.

lunes, febrero 27, 2006

Remembranzas

En el día de hoy dedicaré este espacio a una efeméride personal... Ya habrán ido perfilando lo que ronda desde siempre en mi mente: reflexiones y afectos, mis tesoros particulares.
"Tenía siete años cuando mis padres nos contaron que un nuevo miembro de la familia se gestaba en el delgado vientre de mamá. Mi hermano y yo no cabíamos en nuestros cuerpos por la ansiedad.
Pasaron los meses y una pequeña hermana llegó a nuestro hogar. Se fue conviertiendo en un manojito de risas que yo amaba tener en mis brazos. Era mi muñeca de piel delicada y mirada brillante.
El tiempo ha pasado y mi hermana es hoy una bella mujer, en todas las facetas que la observe.
Hoy se cumplen veinte años desde que Lulita llegó al mundo y a nuestra vida.
Anoche cuando el reloj dio las 12, le he dado otro de los tantos abrazos que solemos darnos. Como ya no nos veremos hoy, vaya este saludo desde mi suelo estrellado donde ella siempre gusta pasar a visitarme."

viernes, febrero 24, 2006

La vasija


Estimados amigos:
Hoy quiero compartir con ustedes una simple historia que ha llegado a mis manos alguna vez. Como ya habrán descubierto, estoy convencida que las simplezas encierran sutiles brillos. Allí va!

" Un cargador de agua cada día llevaba sobre sus hombros dos vasijas que colgaban a los extremos de un palo.
Una de las vasijas tenía varias grietas, la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa. Cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua. La vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la vasija agrietada estaba muy avergonzada de su imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador: " Me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y obtienes la mitad del valor que deberías recibir."
El aguador, le dijo: "Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."
Así lo hizo la tinaja, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras como eres, con tus defectos, no hubieras creado esta belleza."

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

martes, febrero 21, 2006

Carnaval


Días atrás me sumergí en la cotidianeidad de un pueblo de provincia. Recorrimos varios kilómetros atravesando campo para llegar al hogar que nos espera siempre con los brazos abiertos y rostros plagados de sonrisas. Enseguida la mesa se cubrió de fiambres frescos y recibimos la invitación a saquear la huerta repleta de zapallos, los durazneros y un - Lástima que los melones no están maduros, sino podrían llevarse algunos de muestra.
Al caer la tarde llegó la invitación mayor.
- En un pueblo vecino se festejan los carnavales. Hoy se elije la mejor carroza y después del concurso tendremos el recital de .... - Nunca había escuchado el nombre de ese cantante, pero lo citaban con tal respeto que no tuve valor para confesar mi ignorancia.
Accedimos de buen grado a la invitación. Dos porteños transitando la veintena de años no tienen experiencia de carnavales. En la capital bonaerense se perdieron esos festejos hace años.
A las 11 de noche llegamos al pueblo. Debimos estacionar a varias cuadras del evento, pasamos al lado de montones de gente instalada en reposeras en la vereda de sus casas, unos charlando con vecinos situados en la vereda de enfrente, otros mirándonos con el orgullo de apreciar que tantos forasteros se acercaran a su carnaval.
Llegamos a una plaza que sentí que representaba la Argentina pueblerina de décadas atrás, la que cuentan mis abuelos que existió en su niñez.
Vecinas bailaban del brazo al son de los altoparlantes musicales, centenares de chicos bañados en espuma se corrían empuñando aerosoles, un atolladero de gente avisoraba las carrozas que daban la vuelta a la plaza.
Miles de sillas se alineaban a lo ancho de la plaza frente al escenario donde un locutor contaba los autores de cada carroza, la escuela, el jardín de infantes, una cooperativa...
Por supuesto que nosotros no dimos con ninguna silla, nos acercamos tanto como pudimos al centro neurálgico del evento, lo que significó una distancia importante. La suerte no nos acompañó, ya que uno de los árboles de la plaza estaba ubicado justo en el ángulo que llevaba nuestra visión al escenario.
Se eligió la carroza ganadora. Yo sólo vi una décima parte de la misma, pero vi el alborozo general que me rodeaba por la elección del jurado. El recital comenzó y me pareció haber escuchado alguna vez una de las canciones.
La gente a mi alrededor irradiaba energía. Se leía en el ambiente la alegría comunitaria. Era la fiesta del pueblo, de todos ellos. De las chicas que le tiraban ramos de flores a los cantantes, de los chicos que aplaudían a su alrededor, de los ancianos que sentados en sus reposeras movían la cabeza sin ver el escenario, de los niños que jugaban con la espuma a varias cuadras de sus padres que bailaban del brazo de algún vecino.
Debo confesar que hacia la 1.30 de la mañana a los dos porteños que presenciábamos el espectáculo nos vencía el sueño. Sigilosamente volvimos al auto. Nos acomodamos para dormir a la espera de nuestros acompañantes que disfrutaban del festejo de su pueblo vecino, como sus vecinos irán a acompañarlos cuando su pueblo celebre.
A distancia veo cuantas estrellas cubrían ese suelo. Yo confieso que me dormí, pero del recuerdo nada me las borra.

miércoles, febrero 15, 2006

Reflexiones tomadas prestadas...


Siguiendo mi camino en la búsqueda estelar, me dispuse a hurgar entre mis cuadernos estrellados, llenos de textos copiados de mis lecturas o de cualquier reflexión que llega a mis manos y me cosquillea.
Allí encontré las lineas que les transcribo a continuación, no apunté el autor en su momento así que no puedo compartirlo, pero si sus ideas que combinan varias estrellas en el suelo que podemos sembrar a diario.


" No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y la poesía pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continua: tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar porque en sueños es libre el hombre".

martes, febrero 14, 2006

Contando Estrellas


Me he tomado un tiempo para hacer mi primera entrega. Mucha reflexión sobre "Estrellas en el Suelo" no me ha llevado a nada grandilocuente. Sin embargo, he aprendido que lo sencillo aveces resulta tan difícil que al vislumbrarlo conviene esforzarse en atraparlo y degustarlo.
Ensayemos algunas "Estrellas en el Suelo": luz entre grises, soplo de oxígeno en un colectivo atestado, poesía escondida en un resumen de noticias, flores entre los rieles del tren, una sonrisa entre cúmulo de gritos, un abrazo después de una larga jornada, comenzar el último capítulo de un libro atrapante, ver alegría en un rostro querido, cantar a voz en cuello en viaje de vacaciones, saborear una comida bien hecha, hacer tiempo para soñar entre tantas obligaciones.
Me encantaría saber qué "Estrellas en el Suelo" avisoran otros ojos ... Vamos a "publicar entrada".

miércoles, febrero 08, 2006

Las estrellas han atraído desde la primera vez que fueron observadas. Para muchos guardan misterios e indican caminos, algunos utilizan su luz para llegar a casa, otros disciernen tal belleza que juzgan que amerita reservar la mirada un buen rato para ellas. Siempre las buscamos en lo alto, dando por sentada su incandescencia. Yo estoy segura que el suelo que transitamos también está sembrado de brillos, misterios, belleza y guías. Son las "Estrellas en el Suelo". Hoy comienzo mi exploración en su búsqueda. A quien quiera acompañarme: ¡Bienvenido a la expedición!