viernes, junio 30, 2006

Frases al viento

He recibido unas frases atribuídas a la "filosofía oriental" que me ha gustado leer. Creo haberlas leído ya en otros momentos quizás bajo otras firmas populares. Los eslabones de las cadenas se van entrelazando al placer de quien decide elaborarlas cada vez, no por ello dejan de encerrar reflexiones para quien guste atraparlas. Selecciono algunas de ellas para compartir con ustedes deseándoles que disfruten de su fin de semana.

-Nunca olvides que existen cuatro cosas en la vida que jamás se recuperan :
La piedra, después de arrojada;
La palabra, después de proferida;
La ocasión, después de perdida,
El tiempo, después de pasado.

- Da más a las personas de lo que ellas esperan, y hazlo con alegría

-No creas en todo lo que oyes:
No gastes todo lo que tienes;
No duermas tanto como puedas.

-Cree en el amor a primera vista.

-Nunca te rías de los sueños de otros. ¡Quien no tiene sueños, no tiene mucho!

- Habla lento, pero piensa rápido.

- Cuando te hagan una pregunta que no quieras responder, sonríe y pregunta; “¿Por qué deseas saberlo?"

- Grandes realizaciones conllevan grandes riesgos.

- Cuando pierdas, no pierdas la lección.

- No dejes que una pequeña pelea haga perder una gran amistad.

- Cuando notes que has cometido un error, toma providencias inmediatas para corregirlo.

- Sonríe cuando atiendas al teléfono. Quien te llama podrá percibirlo en tu voz.

- Pasa algún tiempo solo y reflexiona.

-Ama profundamente y con pasión. Puede que te hieran, mas es el único modo de vivir una vida completa.

miércoles, junio 28, 2006

"Desenchufe"

He notado que ha causado muy interesantes reflexiones el concepto que les compartí días atrás. Sabrán disculpar los períodos de tiempo que distan entre un post y otro... mis días en los últimos tiempos se han vuelto muy ajetreados.Imagino que así será la cotidianeidad de muchos de ustedes también así que descuento la empatía de su comprensión.
En estos días siento que el tiempo corre con una premura inusitada. Sé que esto me pasa invariablemente en determinadas épocas, pero cuando me siento envuelta en la sensación de -Corre por tu vida, Estrellada!-
me parece que nunca tuve que acelerar tanto la marcha como cada vez. En estas ocasiones sueño con más fuerza mis sueños de paz, añorando haber nacido en otras épocas donde las obligaciones se vivían con responsabilidad pero sin la sensación de ahogo que hoy traen en ocasiones, donde salir de la casa implicaba sólo "paseo" y nadie se preocupaba por la fuerza con que se debe sujetar la cartera.
Esa sensación de inmensa paz siempre la hago mía en vacaciones y también confieso que la atisbo en la vida diaria. Regresa a mí cada fin de semana cuando logro despejar los nubarrones de mi mente y entregarme a disfrutar de mis seres queridos. También muchas noches se acomoda a mi lado, cuando después de la larga jornada me encuentro abrazando a mi amor y logro tejer con él conversaciones que se alejen de pesadas cargas. Cuando pasa la época de mis exámenes finales puedo volver al elemento que me hace viajar más allá de lo que las ruedas de transporte permiten. La literatura me espera agolpada en bibliotecas amigas o en librerías cercanas para hacer trabajar un costado de la mente mientras el otro agotado descansa.
Esos son algunos de mis "desenchufes" que tanto añoro en este momento y cuando los vivo trato de disfrutarlos al máximo. Por eso hoy escribo sobre ellos, para acercármelos un poquito y de algún modo siento que un rato estuvieron conmigo.

viernes, junio 16, 2006

Resiliencia

Estas últimas semanas me he encontrado envuelta en obligaciones laborales y académicas sin respiro. A pesar de ello, en lo que atañe a mis estudios, he podido rescatar muchos conceptos que me han enriquecido. He elegido uno en particular para compartir hoy con ustedes.
Tomándolo prestado de la Física, las ciencias sociales han captado el concepto de Resiliencia para definir la capacidad que detentan los seres humanos de sobreponerse a la adversidad e incluso salir fortalecidos de ella. Se afirma que sólo podemos desplegar este proceso en el vínculo con otro ser con quien tejer la reconstrucción de lo que ha sido dañado. Esa tela relacional se elabora con la "palabra", sólo a través de ella podemos superar obstáculos y darle "nueva vida a la vida".
Muchos han criticado este concepto que se promueve como bandera esperanzada. Se lo concibe en ciertos ámbitos como una formulación "adaptacionista", que pese a todo los hombres debemos seguir adelante, remitiéndose a la teoría de "supervivencia del más fuerte".
Yo creo que es vital saber que esta capacidad está en nosotros, que es muy importante valorar a quienes en derredor nuestro han sido o podrían ser soportes nuestros de resiliencia, también mirar más allá de los propios dolores y pensar que podemos ser ese soporte en otros que lo necesitan.
Me despido con unos profundos versos de Alejandra Pizarnik "Una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo, la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos".

viernes, junio 02, 2006

Posibilidad

Con la ansiada vuelta a casa en mente, subí a un subte curiosamente atestado de gente. Ya no era momento para esos tumultos, siendo las 9.15 de la noche las horas picos habían quedado atrás. Más allá de mis devaneos, hice frente a la situación, empujando y recibiendo empujones, conseguí quedar del lado de adentro del vehículo justo cuando las puertas se cerraban a mis espaldas.
Las estaciones fueron pasando y poco a poco la maroma humana se fue descomprimiendo. Al crearse espacio, salí de la "zona de puertas" para ubicarme en el pasillo central. Minutos después de ese traslado, ocurrió un hecho que congeló mi sangre e intuyo que la de los compañeros ocasionales de transporte.
A mitad de camino entre estación y estación se abrieron todas las puertas del subte, en pleno movimiento. Delante de la puerta que me había sostenido minutos atrás, vi hacer equilibrio a un chico con el terror pintado en el rostro. Las puertas permanecieron abiertas durante segundos eternos en que observamos estupefactos la negrura exterior que pasaba raudamente ante nosotros sin vidrios que filtraran nuestros miedos.
Las puertas se cerraron y las ideas más catastróficas acudieron a diálogos entre desconocidos que se rodeaban. Yo sólo pensaba en que si hubiera ocurrido esa repentina apertura en el primer tramo de mi viaje hubiera caido al vacío sin dudas, la misma gente aglomerada me hubiera empujado y yo no hubiera tenido de que asirme, quizás de otra persona, ¡qué horror! hubiera podido caer y además arrastrar a otro.
Observé al chico que había visto hacer equilibrio para no caer, su expresión parecía mostrar un estado de shock, le pregunté si estaba bien. Tartamudeando me dijo - Segundos atrás estaba completamente apoyado en la puerta, me acomodé mientras se abrían las puertas, de no ser por eso estaría ... muerto. Una vida menos, flaco! Le dijeron, - O una vida más- apunté.
Vuelve esa pregunta clásica a mi mente una y otra vez, cómo se deambula por la vida con tanta seguridad de que a la noche se volverá a abrazar a los seres queridos en casa. La muerte y la vida son posibles a cada instante. Claro que sanamente elegimos pensar en la posibilidad de la vida
Y sí, dirá la concecionaria subterranea, todas las puertas tienen un cartel indicador que reza "Por su seguridad, no apoyarse en las puertas".